domingo, 5 de septiembre de 2010

Una fosa para Jenny

Otra vez está aquí. Alimentándose de mis instintos. ¿Cuál fue la primera que cayó bajo mis impulsos? No importa. Nada importa salvo saciar mi sed. Sé que solo la muerte podrá detenerme. Ahora aferro el volante. Los nudillos se muestran blanquecinos aunque no aumento la velocidad. Por muchas ansias que tenga ella no debe sospechar nada. Se durmió a la segunda hora de viaje. Habría sido tan fácil. Tan sumamente sencillo el detener el coche en una carretera secundaria y eliminar este anhelo de mi organismo... Pero debo ser cauto. El más mínimo desliz y sé que me podrían pillar. No he sobrevivido cinco años teniendo prisa. Contemplo su cuerpo. Tan perfecto y puro. Sus piernas se recogen sobre su vientre en posición fetal dejando entrever la parte baja de su pálida espalda. El cabello dorado cae sobre el respaldo del asiento del copiloto. Incitante. Nunca me había sentido así. Siempre las he llevado a la cabaña y he terminado mi trabajo sin premura o mácula. ¿Significa eso que ella es especial o que cada vez me controlo de peor forma? Sea como fuere, su tumba tiene que ser única. Nada equiparable a las fosas que cavé para esa ristra de pendones. Parece ser que te equivocabas doc... No tengo remedio. Ni jamás lo tendré. Ella se despereza y abre sus glaucos ojos para contemplarme con dulzura.

"¿Por qué no me has despertado antes? Te habrás sentido muy solo..."

"No pasa nada preciosa. Ya estamos llegando"

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho la verdad, aunque es un poco cortito :P
    Me encanta cuando escribes los pensamientos de los asesinos!

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  2. ¿Esto no es un trozo del libro que me pasaste? :P Publica el resto que está genial ;)

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