martes, 1 de marzo de 2011

microparida 93

Pocos grandes rencores no fueron en su día un gran amor

sábado, 26 de febrero de 2011

El Golfo, ese perro olvidado



A ver, gente. No os tiréis de los pelos aún. El Golfo siempre será mi consentido. Vio como crecía y medraba como escritor y siempre lo apreciaré. Es simplemente que ahora estoy en un momento de mi vida más absurdo. Sin embargo, siempre que me apetece escribir en serio el Golfo me acoge con los brazos abiertos. Por ello jamás será cerrado por mucho polvo que críe.

Para actualizar el Golfo necesito más concentración, más tiempo y más inspiración que para actualizar el otro despojo que llamo blog. Así que no quiero que habléis de la muerte de mi pequeño hasta que agonice o la Sinde le coja tirria a los blogs.

Podéis seguir mis andaduras en http://diariodeuncanallaamateur.blogspot.com

viernes, 18 de febrero de 2011

¿Cómo hemos llegado a esto?

Llevo tanto tiempo en esto... Tanto tiempo que ya no duele. Las calles en las que crecí. Las que me vieron sufrir y no movieron un dedo. Esas mismas calles canallas y despiadadas vuelven a ejercer su sádico papel una vez más. El cruel jaleo que están montando los chicos se me antoja ajeno. ¿A quién vitorean? ¿A quién abuchean? Solo existe él. Su mirada. Tan llena de rabia. Los hilos del odio le hacen crispar los labios. Estamos dando vueltas. Sé que yo tengo la misma cara. Una muy diferente a la que quiere mostrar mi alma que solloza de impotencia. Es tan común. La pelea visual antes de la pelea física. La atmósfera vacía que se crea entre tú y tu rival. Como si os hubieran aislado en una campana llena de malevolencia. Los chicos la contemplan, llenos de gozo. Saben que solo uno saldrá con vida y se relamen de gusto.

Durante unos años disfrazados de minutos nos miramos. Uno a cada lado del círculo que nos dejan los chicos. Sé que él quiere sangre y un pedazo de mi ser, el animalizado, quiere dársela. Quiere darle mucha sangre. Sin verlo venir, su frente impacta contra mi nariz. Los ojos se me encharcan de lágrimas y me duele la cabeza. Puedo notar como sus puños impactan contra mi estómago una y otra vez. Es cierto lo que dicen. Quien pega una, pega dos. Pero no duele. No en el momento. Me tiro al suelo y puedo ver como se abalanza sobre mí. Ya no oigo los gritos de los chavales. Solo puedo escuchar el friegue de mi ropa contra el suelo, el zumbido de los oídos tan familiar. Agarro un puñado de arena y se lo lanzo a los ojos. Entre bramidos se echa hacia atrás. Le asesto una patada en el pecho y lo lanzo contra su espalda. Se revuelve. Mucho. Siempre fue muy fuerte. Pero yo lo soy más. Lo estampo contra el muro y puedo oír como el cráneo se le fractura en la parte posterior ¿Cuántas veces descargué mi puño sobre él? cientos, tal vez miles. El chapoteo de huesos fracturados contra la sangre de su rostro es suficiente para mí. Él, entre estertores, balbucea "¿Cómo hemos llegado a esto?" Demasiado tarde. Un último golpe termina con su vida.

Como flotando, noto como me levantan los brazos entre alaridos. Había ganado. Me falta el aliento. No puedo siquiera respirar por la fractura. Debo tener una costilla rota y el muñón que antes fue mi nariz tampoco ayuda. El cadáver lleno de sangre y tierra yace en el suelo y nadie lo atiende. Solo hay ojos para mí. El hombre que asesinó a su mejor amigo por el liderazgo de una banda que ni siquiera le importaba...

microparida 92

A la Tierra le quedan cuatro afeitados. Y la naturaleza no piensa darnos aftershave.

jueves, 10 de febrero de 2011

microparida 91

Cuando en una discusión tu rival comience con los insultos sobre tu físico, no te ofendas. Te debe bastar con saber que has ganado la pelea.

viernes, 4 de febrero de 2011

microparida 90

Arrepentirse de arrepentirse demasiado tarde

miércoles, 2 de febrero de 2011

microparida 89

Que daño ha hecho Mala madre a los calvos con perilla

martes, 1 de febrero de 2011

Como siempre

Escucha el sonido de cada día a la misma hora. 19:30, una llave acuchilla la puerta y siempre es ella la que entra. Nunca ha habido tiempo ni dinero para el anhelo. Él continúa pintando sus soldaditos de plomo. Gruñón. Como siempre. Los pegotes de pintura gruesos y oscuros de sus uñas le hacen pensar en su corazón. Tan reseco y marchito como aquellas manchas. Ella deja el bolso en el sofá, como siempre. Un sucinto y discreto hola parece suficiente. ¿Cuándo dijeron que un beso era demasiada muestra de afecto para una historia tan vieja? Él no lo recuerda. Sí recuerda cuando quería recuperar la costumbre. Sí recuerda cuando decidió que era mucho pedir. Ella se encamina hacia la habitación quitándose la chaqueta. En otro tiempo, la habría arrojado contra la cama y le habría demostrado su amor. Pero ¿Qué amor quedaba ya? Solo la costumbre, solo el temor a la soledad.

La cena transcurre sin incidentes. Ya no hay fuerzas ni para discutir. Ambos saben lo que vendría a continuación. Solo el sonido incesante de ese maldito reloj de carrillón que la madre de ella les había regalado. Mejor eso que el impertinente sonido de su respiración constante y asmática. Él solo la mira cuando hace algún sonido fuera de lugar. Ni siquiera levanta la mirada de aquellas lentejas aguadas cuando ella saca algún tema trivial. Solo contesta y evita el peligro. Como siempre.

Los hijos habían marchado hacía mucho y fue entonces cuando se percataron de lo aburridos que eran y de lo que se irritaban el uno al otro. Pero no les quedaba nada. Solo la compañía cruelmente conciliadora que ambos se daban condescendientes. Tal vez, solo tal vez, él debería hacerle una mamada a su escopeta de doble cañón y abrirse un agujero en la nuca y sorprender a su mujer con una escena diferente a las 19:30. Pero se le va pronto de la cabeza. Como siempre.

"¿En qué piensas cariño?"
"En nada, querida"

viernes, 28 de enero de 2011

microparida 88

Lo malo no es escuchar voces. Lo malo es que te guste lo que dicen.

lunes, 24 de enero de 2011

microparida 87

Siempre hay algún gilipollas que hace como que fuma cuando hace mucho frío

viernes, 21 de enero de 2011

El último bocado.

Todo parece normal. La misma vista, los mismos sonidos que la noche me sirvió en bandeja. Esa maldita sirena de policía que siempre persigue al malandrín de turno. Esos condenados negratas con su música a todo volumen. Aunque quizás deba agradecérselo. Con el escándalo que ha montado esta tarde casi mejor no haber alertado a los vecinos. Ahora disfruto de mi momento de paz. Ella yace en la cama. Descansa. Yo miro por la ventana. Desnudo. Mi cuerpo perfecto me ha abierto más de una puerta por las que nunca dudé en entrar. La duda es para el débil. Siempre tuve lo que deseé. Y la tuve a ella. Porque lo deseé. Al principio ella también lo deseaba. No tardó en arrepentirse de su nefasta situación. Pero ahora yace en la cama. Descansa.

Nadie volvería a ser como ella. Oh Janet ¿Por qué tenías que ser tan especial? Desde que la tumbé en mi lecho sabía que hacerla mía no iba a ser suficiente. Ninguna de las cinco veces me sació. Debía hacerla mía de un modo más literal. Los pequeños y juguetones mordisquitos que le regalaba por su fino cuello no tardaron en envilecerse. El sabor picante de la carne humana me invade las papilas. Su sangre se desliza por mi lengua consiguiendo lo que ninguna otra cosa había conseguido. Me hizo sentir que era mía. Ella se quejaba. No era de extrañar. Le había hecho un morado bastante feo que sangraba profusamente. Creo que me disculpé. ¿Lo hice? Recuerdo estar curándole la herida con el ansia grabada en mis labios. Ella pareció advertirlo. Estaba aterrada pero si tuvo intención de marcharse no lo mostró. Estaba estática. Incluso cuando el ardiente alcohol rozaba la huella que mis dientes habían dejado en su hombro. Una gota de sangre esquiva que se desliza por mi mano. Una lengua ávida e impaciente que busca su ingestión. Aquella pequeña gota fue la causante de todo aquel embrollo. Sus gritos mientras devoraba los jirones de piel que mis fauces arrancaban con saña de sus tersos muslos aún resuenan en mi mente. Fue muy fácil retenerla y a la vez requerí de toda mi fuerza. Como si el sentirme vivo me hiciera poderoso y débil a la sazón. Más enérgico me sentía con cada trozo que masticaba. Como en trance. Tenía que hacerla mía. Hasta el último bocado.

Ahora, tres años después me tengo que conformar con las carnes de segunda de las putas de la barriada que me llevan a sus moteles de mala muerte. Con ese sabor a decadencia, sudor y alcohol barato. Nada que hacer contra mi Janet. Ella yace en la cama. Descansa. Con la mandíbula inferior inerte sobre el almohadón de pluma barata. Lo que antaño fue su garganta no es más que un cúmulo de músculos y arterias que hieden a carne abierta. El estropicio que ha montado ha sido espectacular. Siempre pensé que las rameras estaban vacías por dentro. Pero ésta parece bien rellenita. Lo suficiente para saciarme esta noche y las dos siguientes. Lo suficiente para no pensar en Janet y en aquel último bocado.

lunes, 17 de enero de 2011

microparida 86

Haría una lista con todos los idiotas que conozco pero no tengo tanta estantería

jueves, 13 de enero de 2011

Me place

"Me has servido bien"
 "Esperaba algo mejor después de toda una vida de servicio"
"No seáis cínico maese Gonzalo... Estáis lidiando con alguien que lleva más tiempo que vos porfiando en estas tierras. He contemplado más que vos y he engañado más que vos. No pretendáis hacer ver vuestro papel victimista en este trago. Consumisteis vuestros días entre alcohol y pechos de baja catadura. Y para ello necesitabais insultantes sumas de escudos que no teníais. Pero descubristeis una gran habilidad en vuestro ser. Una habilidad harto rentable. La habilidad de matar sin remordimientos"
"Tenéis razón. Salvo en que esa habilidad salió rentable a quien se aprovechó de ella. Pero no a mí"
"Mierda de Dios maese... No os fustiguéis con esa saña. Vivisteis colmado de vicios y diversión. Unas pizcas de acción y todo el vino que pudisteis y más. Sois una leyenda"
"Una negra..."
"No os tenía por alma de matices buen señor. Sea como fuere, como decía me habéis servido bien a lo largo de vuestra penosa vida. Habéis llevado mi fama a las tierras que se creían invencibles. Ahora me temen. Ahora me respetan. Y todo gracias a vos y el brillo de vuestro acero. Pero todo ha de finalizar mi amigo pues toda grande es el necio que pretende comprar y no pagar el precio y teniendo en claro lo poco que mirasteis por vuestra salud en todos estos años bien me parece que he sido benevolente"
"Acabad de una vez con mi tormento parca maldita. Soy perro viejo y no estoy dispuesto a tolerar vuestras argucias y dislates de vieja trastornada"
"Yo no os hice lo que ahora sois caballero. Nacisteis para ello y ahora habéis de morir para ello así que no paguéis conmigo vuestras aflicciones. Así que buen agente de mi voluntad, pretendo complaceros. Ha llegado la hora de llevarte conmigo"
"Me place"

He engañado más que vos

microparida 85

Siempre que salgo de un examen y veo a alguien que sigue escribiendo pienso "¿Qué coño estás poniendo? Te lo tienes que estar inventando a la fuerza"

miércoles, 12 de enero de 2011

Acabaron los preparativos



El nuevo Blog de Vicente Balaguer abre sus puertas de par en par. Ya esperan allí todas las memorias de un desterrado ya publicadas con las nuevas etiquetas y una máscara nueva que hará las delicias de los diseñadores de interiores. Abrimos la temporada con una revelación aterradora que sobrecogió el hogar de vuestro humilde escritor.

En cuanto a ti, Golfo. No temas. Seguirás albergando los relatos más desgarradores que mi mente cree pero admítelo. Aquí ya no había sitio para nadie más. Crónicas del dolor, microparidas, historias para no dormir y eructos de la mente seguirán acompañando a los parroquianos de siempre.

Nos vemos en "El diario de un canalla amateur"

http://diariodeuncanallaamateur.blogspot.com

martes, 11 de enero de 2011

Exámenes, insomnio y betadine



Hola, hola queridos lectores de la noche. Aquí me hallo como ya era de esperar en pleno enero con la cabeza enterrada entre hojas con nombres como Amilcar Barca y Alfonso VI. No os apiadéis de mí. Seguro que vosotros estáis igual. Esta noche no traigo eructos literarios ni reflexiones con un trasfondo que hiede a esfuerzo. Solo quejas, ideas e innovación.

Empecemos con las quejas. Hoy he tenido un percance en el gimnasio. Me he aplastado la mano derecha contra el estante de las mancuernas y lo llevo fatal. Me duele a rabiar y cada vez la tengo más hinchada. El color del betadine no ayuda. Con ese tinte parduzco que se asemeja a la podredumbre de los putrilagos de los difuntos. Gracias farmacéuticas. El dorso tumefacto y trémulo de lo que antaño fue mi mano tiembla sobre el teclado por lo que me daré prisa en terminar. Mañana tendré que escuchar muchos chistes sobre masturbación...

Pasamos al bloque de las ideas que va de la mano del de la innovación. Me he hartado de los zombies amigos. Al menos tanto como para crear historias que narren sus torpes andaduras. Cierro el blog del fin de los días que solo me trajo quebraderos de cabeza. El ralentí de las últimas actualizaciones era una buena señal premonitoria. Aún con ello el ultraimperio no sufre merme alguno pues el blog zombie será prontamente sustituido por "Memorias de un desterrado" He llegado a la conclusión que mi viejo Golfo se ha hecho pequeño para dar de comer a tanta bestia. Por ello la sección más personal del Golfo se marcha para no volver. Se independiza para formar un blog aparte mucho más personal y cómico. Las secciones "crónicas del dolor" "historias para no dormir" y "microparidas" se quedan con papá.

Mañana crearé mi nuevo feudo  y lo decoraré a mi antojo (va a quedar divino de la muerte) Pero ahora toca concentrarse en la revolución de las Germanías, apretar el culo y cogerse la mano moribunda que mañana toca examen.

lunes, 10 de enero de 2011

microparida 84

He probado los refrescos del bar del infierno y joder si están dulces...

domingo, 9 de enero de 2011

microparida 83

Odio que el word se crea más listo que yo

viernes, 7 de enero de 2011

microparida 82

Puede que algún día me haga gracia pero te garantizo que ese día no es hoy.

lunes, 3 de enero de 2011

microparida 81

En nochevieja

"Hasta el año que viene"
"Dejó de tener gracia en el 82"

microparida 80

"Que pronto anochece"
"¿En diciembre?"
"En la vida"

El origen del Golfo



Ayer compré el periódico y me lo papé casi entero (quemando la parte de economía a ser posible) como es habitual en mí. Me leo los titulares y luego finjo estar ducho en temas del politiqueo. Pero el suplemento dominical llega a mis manos. En él habían encuestado a 50 escritores coetaneos a mi persona. La pregunta era sencilla pero no por ello fácil "¿Por qué escribe?" Puede que la respuesta que más me gustó fue la de Eduardo Mendoza que respondió "Nunca me lo he planteado así que no tiene importancia para mí" Me imagino el gesto del pobre periodista con el boli en mano o la tecla bajo ella mirando a Eduardo como si hubiera pagado entrada. Pero esa fue su respuesta. Soy Eduardo. Cuando te vayas me quedaré aquí en mi sillón de orejas molando un poco más. Toma nota nene.

La sucinta respuesta de Eduardo que me llegó tan hondo me hizo reflexionar pues a mí no me trae sin cuidado mi motivación. Yo sé que la tengo. O las tengo. Lector/a, aquí van las razones por las cuales te torturo con estupideces a granel.

-La escritura me parece un pasatiempo tan válido como cualquier otro. Sentarme en mi cama con la luz macilenta del ordenador alumbrándome la sonrisa torcida y esgrimir un vaso de coca-cola brindando con mi insomnio. Disfrute imperial.

-Puede que llegue a ser mi modo de vida en el futuro. Siempre pensé que moriría a la sombra de la cordillera Cantábrica con una pluma en mi puño y un tintero desparramado sobre el roble de mi mesa señorial. Hasta entonces no me queda otra que garabatear y pulirme gracias al super Golfo que tanta ayuda me presta. Pues la escritura es eso. Lectura y aprendizaje. Todo aquel que asegure que escribir es innato es solo un amargado que pretende robaros vuestro sueño. Hacedme caso a mí que viviréis más.

-Fuga total. Cuando escribo me evado. No existen los problemas. Solo intentar plasmar la belleza que imagino en un papel inmaterial llevada a cabo por unos personajes que lleguen. Una herramienta de ficción en este mundo en el que lo real pocas alegrías trae. En mis relatos tengo el control. Aunque debe ser en lo único en que lo tengo, puedo matar a mi personaje, puedo dejarle marchar o puedo disfrazarle de arlequín. Todo vale pues este es mi feudo.

-El torbellino gris del desterrado. Voy por la calle, oigo una canción, leo un comic o veo una película y un relato aflora en mi mente. Desperezándose asqueroso en mi cerebro y conminándome a dejarlo salir. No quiero engañar a nadie. Yo quiero dejarle salir. Disfruto liberándolo y viendo de lo que soy capaz. Y así han sido 200 entradas más las que se habrán perdido en la memoria.

-Porque pocas cosas se me dan bien.  Me considero un hombre artístico. Creativo cuando menos. Toqué el palo de la poesía y el de la escultura. La danza me queda para septiembre y la música estoy en ello. Me quedé en la deliciosa llanura de la pintura y la escritura. Y aquí permanezco. Si no escribo y no dibujo ¿Qué hago? ¿Drogarme e irme de putas? Ah, y también soy extremista.

-Porque soy libre. No soy esclavo de mis palabras. Puedo volver a entrar y corregir cada palabra y cada acento. Sin desesperar a mi interlocutor. No me avergüenzo de mis fallas pues todo puede corregirse sin rastro alguno. Sin causar mala impresión en nadie. Como dije, todo vale.


Pues aquí lo tenéis lectores. El Golfo después de todo tiene sentido y todo. Ya solo le falta dinero.


"¿Por qué escribe usted?"
"Por la misma razón por la que bebo. Porque no me encuentro bien"

domingo, 2 de enero de 2011

Vicente Balaguer, se le busca vivo o muerto

Vuestro humilde escritor se declara oficialmente desaparecido. 60 páginas de Historia Moderna me han tomado como rehén y no hacen amago de aflojar su autoridad. Dicen que van a pedir refuerzos (un tal orígenes de Europa) pero no pedirán rescate. Me soltarán en febrero cuando aseguran que podré retomar mi vida normal y volveré a ver a mis seres queridos. Ya lo hicieron el año pasado pero éste parecen ir en serio. Ya he pasado dos días metido en su zulo lleno de libros y luz fluorescente. Huele a pensamiento y hace calor. Biblioteca lo llaman. Intentaré volver con vida pero me hacen atiborrarme de redbull y no me dejan dormir mucho. Si no vuelvo decidle a mi iguana que la quiero.
Att. Vicente Balaguer, rehén malhumorado