Toni era un chico de éxito. En el instituto terminó por ser coronado el chico más popular y atractivo del lugar. Las chicas lo admiraban y querían copularle de forma indigna. Los chicos por su parte solían envidiarle y aquellos que no lo hacían intentaban ser una replica suya. Sus estudios siempre fueron una prioridad baja en su vida. A pesar de sus notas mediocres, su desparpajo y salero hicieron las delicias de los profesores que no dudaban en echarle una mano cuando menos lo merecía. Sus viernes se empañaban con la etílica estampa del alcohol en casi todas sus variantes. Las drogas sin embargo suponían terreno vedado a tenor de su condición de deportista de élite. Aún con sus constantes y clandestinos escarceos con los sórdidos mundillos del vicio, Toni suponía un orgullo para sus progenitores y era la comidilla del corro de amigos de éstos. Sobre todo después de su triunfo en el torneo juvenil de natación.
No obstante, nadie se puede crear tantos amigos sin sembrar la semilla de la enemistad en algún incomprendido corazón. El taimado y siempre sombrío Luís nunca miró con buenos ojos a nuestro triunfador. Tal vez fueron sus desplantes, tal vez fue su desabrida actitud para con el grupo de "populares". Aunque también puede que fuera por el sentimiento de superioridad que sin pretenderlo se apoderaba del corazón de Toni. Sea como fuere, dos semanas atrás, Luís sufrió una humillación que le marcaría sin remisión. Tras el acto de fin de curso, éste misterioso personaje había de salir e interpretar un sencillo papel. El destino se cebó con él y colocó una pieza del escenario en mal lugar lo que provocó la caída estrepitosa (tanto física como honrosa) de Luís a las gradas. Pocas fueron las manos que le ayudaron. Muchas las que jaleaban a la turba a reírse de su evidente desgracia. Y las que más se veían, las de Toni. La ira comenzó a crepitar en su ya consumido corazón hasta que explotó.
La labia de Toni ya no le sirve de nada pues tiene la boca cubierta por una mordaza. Su fuerza física anulada totalmente por las sogas que le atan a la silla. Su agilidad mental mermada por el golpe contundente que recibió en aquel callejón. La bombilla del techo parpadea de forma irritante y las sienes le palpitan al ritmo de un atroz dolor. Por la puerta aparece Luís con un ridículo aunque agorero traje de carnicero. En su mano derecha tiembla un serrucho de costilla asincopado al ritmo de su brazo. Está ligeramente encorvado y parece estar bajo las garras de algún licor. Toni intenta revolverse pero su cuerpo no le responde.
"¿Entumecido?"-inquiere el verdugo con su lengua de trapo y el irritante frenillo que le costaba tantas burlas-"Te he inoculado una toxina de la que tardarás en recuperarte. Sabrías como identificarla si dedicases más tiempo a tus obligaciones..."
Toni abre mucho los ojos pues es la única parte de su cuerpo que le obedece. Puede ver como con pasos indecisos pero letales, Luís, se resuelve a sellar su destino.
"Para empezar... Sé que te gusta mucho sonreír. Así que te voy a hacer un favor."
Con fuerza introduce hasta la garganta el serrucho y con un potente movimiento de brazo mutila al nadador. De un modo u otro sabe que la velada acabará con su suicidio pero el aficionado asesino que ahora es le hace reír de forma sincera por primera vez en toda su vida.
ieieie menudo cambio de look Golfo! haha
ResponderEliminarMuy en sintonía con el nuevo relato. ¿Aún no te han llevado al manicomio más cercano? =P
Me encanta el cambio, eres todo un hacker ehh :)
ResponderEliminarEse relato me recuerda mucho a hostel bb, pero sabes que esos relatos me encantan =) (L)
A hostel en qué carcamal? xD En la sierra? Si me he basado en mi comic pequeña :P
ResponderEliminarJaja me alegro de que te guste :)