No va más

Damos y caballeras, como habréis podido comprobar el Golfo ha tomado un giro inesperado en su carretera particular lanzándose a un camino de cabras. Bien. A día de hoy recibo peticiones de que vuelva a los artículos de opinión, que deje de un lado los relatos y las vivencias. Siempre he pensado que las malas palabras cuanto más rápido se digan menos falsas suenan así que ahí va. No voy a aceptar esas peticiones. No soy un DJ hortera lleno de tatuajes pinchando en un chiringuito de playa al que se le pueden pedir las canciones que más os gusten bailar.
Comencé el proyecto del Golfo como algo profesional y serio porque en esos momentos me apetecía hacerlo. Ahora la cosa ha cambiado y esto es lo que hay. Diseñé al Golfo como un altar a mi libertad de expresión y si alguien puede coartar esa libertad soy yo y no mi público por muy bueno que sea. Así que seguidores, me mantengo indemne. Me niego a cambiar mis preferencias para moverme al son de la opinión ajena. La puerta está abierta para quien no quiera volver a entrar.


Vicente Balaguer