miércoles, 18 de agosto de 2010

El jinete nocturno

Como ya os tengo acostumbrados a mis actividades nocturnas os ahorraré los pormenores de las intempestivas horas a las que actualizo este pequeño espacio. Radio Insomnio para todos sus oyentes vuelve a emitir para contar un pequeño detalle que me tiene en vilo. Cierro los ojos en la plena y espesa oscuridad y mi cerebro se niega a rendirse. A pesar de lo oculto de sus intenciones y excusas, sus consecuencias están a la vista de todos. Mi alma se ha contagiado del negror del ambiente en cuyas podridas llanuras solo moran recuerdos de una vida pasada y aparentemente olvidada. Estos recuerdos me atacan, bailando como fantasmas solo para mis ojos. Unos fantasmas que solo yo (y nadie más que yo) conozco de veras.Aquellos que atesoran secretos que no soy capaz de confesar ni siquiera a mi propia persona.

 Esta noche los recuerdos me han despedazado con sus ponzoñosas garras. Palabras refrescadas por una memoria cruel que ahora resuenan huecas en mis tímpanos, lágrimas ajenas que besan el suelo por mis acciones, culpas, dolores, errores, pérdidas, oportunidades muertas... La mercancía de la perdición en oferta. Tras mucho meditar conmigo mismo, me someto a inquisición propia. Me paso factura por así decirlo. Lo cierto es que me ha costado cara la broma y ahora bailo solo al son de una macabra melodía cuyas campanas dejarán de tañir cuando mi conciencia lo considere oportuno. Esa conciencia sádica e insaciable que se mofa de mis lamentos. Después de todo cuanto he visto y he vivido, no cabe sino preguntarme si el camino que he elegido cada día de mi vida ha sido el correcto. Solo cabe preguntarse sino seré yo el que está cabeza abajo. Llevo años criticando la actitud de otras personas, la visión de otras vidas y siempre me gustó esa estampa de jinete solitario que la gente me había colgado. Pero tras años de lucha infructuosa y de golpes sin retribución ninguna hay que considerar que es hora de envainar la espada y colgar el yelmo en el cabecero de la cama. Tal vez así dormiría más tranquilo de lo que hoy duermo.

Es aterrador el poder de la solitud de una estancia en la que solo cuentas con tu mente. Consigue que todos tus pensamientos y elucubraciones cobren un sentido que puede no existir. Pero la luz llega. Iluminando los pequeños imperios de sombras que mis esquinas arrojan. Quiero pensar que la luz llegará también a mi corazón por la mañana y que todo será de otro color pues pocas veces en mi vida me he sentido tan solo ni tan derruido como en esta anodina y dolorosa noche.

2 comentarios:

  1. No eres el tipo de persona que guarda la espada porque vaya a contracorriente del mundo. Eres todo lo contrario, asíque sigue demostrándolo durante mucho tiempo más. En la parte del corazón, dejamela a mí :)

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  2. Ey ey ey!Me voy una semana y cuando vuelvo estás así? Aquí bajones los justos eh? :)
    Eso es la conciencia que te hierve por dejarme sola en ese pueblucho haha! :P
    No seas tonto vicen! :)

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