¿Tanto daño ha hecho Francisco Franco a nuestra memoria nacional que nos avergüenza pertenecer a esta egregia piel de toro que tanto nos ha dado? Os voy a decir lo que me llena de oprobio a mí. Lo que me da ganas de meter la cabeza bajo tierra es la gente que identifica España con la imagen de una enorme águila estampada sobre el rojo y el amarillo. Pues no señores. España es mucho más que eso. España es un país con mucho que contar, mucho que dar y nada que pedir.
Nuestra historia está repleta de epopeyas dignas de recordarse en pro de la libertad. Desde su fundación hasta sus tiempos actuales Hispania tiene más de un episodio que a los coetáneos pobladores de la península les hincha el corazón de orgullo. Los españoles fuimos los primeros en unirnos bajo una bandera simbólica contra el terror napoleónico sin apoyo militar. Los españoles plantamos cara al pirata otomano en Lepanto y combatimos al oportunista franco en Rocroi. Pero ahora, la bandera española es signo autoritario y quien la cuelga de un mástil un déspota. Pues déjenme decirles algo señores anti-españolistas. No soy un facha, no soy un aniquilador de la libertad ni el azote de los derechos humanos y sin embargo amo a mi patria. Amo a un país que aunque no siempre fue perfecto luchó con valor y nunca retrocedió por aquello que creía y que, incluso abandonado y sableado por cientos de enemigos continuaba guardándolo. Ustedes aman a Francia y a cualquier otro país que huya del ideal español. Con cínica voz censuran a quienes osen entonar el himno. Solo hablamos de libertad de expresión cuando nos interesa. Ustedes si que saben vivir.
Ahora la cosa es bien diferente. Ya no bebemos en damajuanas y nuestra actitud dista mucho de la valentía. Nuestra historia reciente no nos representa ni nos avala como pueblo. Sin embargo, la casta española terminará por recobrar el crédito que perdió de forma tan vergonzante y que si por gente como ustedes fuera, no habría tenido jamás. Es lo único que deseo que vuestras hipócritas mentes recuerden. La sangre hispánica continuará corriendo por mis venas y la dejaré manar si con ello consigo que la bandera no pierda su regio color.
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